Gran audiencia tubo la segunda vigilia astronómica organizada por aficionados a la astronomía de la zona, vigilia realizada en la finca Prema Mandal de la localidad de Peleco, comunidad ubicada a 30 minutos de Concepción en dirección a Yumbel.
El lugar del encuentro y recibida perteneciente a la “comunidad conciencia de Krisna”, recibe habitualmente a fieles devotos y simpatizantes de la filosofía oriental basada en el respeto y cuidado del medio ambiente, así como además la buena convivencia basada en el amor y desapego a lo material, estilo de vida muy alejado al común de nosotros, pero que pese a eso, logramos comprender y compartir unas agradables horas en compañía de ellos quienes gustosamente se unieron a la vigilia.
Ya pasada la hora de la recibida, caminata por el lugar y posterior cena, nos prepararos rumbo al lugar en donde pasaríamos horas bajo las estrellas acompañados de un sereno ambiente alejado de la contaminación acústica que acostumbrados a oír en la ciudad. El lugar físico de la vigilia, una serena loma muy cercana a la finca, nos facilitaba una basta visión de la bóveda celeste que ya sin luna, nos mostraba una magnitud de estrellas que por un instante hacia que las constelaciones y guías celestes se nos perdieran.
Cuando logramos situarnos y dar espacio para el dialogo, en el basto cielo nocturno, logramos reconocer unánimes, la bella de la vía Láctea recordando el antiguo mito griegos por el cual lleva su nombre. Como un enorme río de leche surcaba la bóveda celeste, acompañada de dos pequeñas pero a la vez infinitas nubes islas, reconocidas como las nubes de Magallanes. También la noche se presto para el reconocimiento de algunas constelaciones clásicamente nombradas en actividades como estas, como la popular constelación de Orión el cazado batallando contra el mítico Tauro en defensa de las pléyades, constelaciones que por momentos hacían pausar su contemplación al momento que estrellas fugaces surcaban el cielo con su deslumbrarte aparición que nunca nos deja de impresionar. Pequeños fragmentos extraterrestres que paradójicamente deleitan nuestra visión al morir cósmicamente en milésimas de segundos al rozar con la superficie de las capas superiores de nuestra atmósfera.
Un hermoso meteoros de chisporroteantes tonos y colores, nos deslumbró con su aparición por los cielos del Este en el momento en que identificábamos conjuntamente las constelaciones y sus estrellas principales, objetos sideral que a la mayoría nos dejó pensando sobre las maravillas que nos ofrece el cielo nocturno si nos damos el tiempo de observar y contemplar el cielo por las noches.
Un peculiar Saturno también logramos observar con la ayuda de un pequeño telescopio refractor. Ya eran pasadas las tres de l madrugada cuando por el Este , el astro errante de los anillos hacía su aparición sobre los 25 grados de elevación. Ya en aquella hora muchos asistentes al encuentro ya había abandonado el sector para poder descansar de u agotador día, sin embargo, algunos decidimos aguardar y mantenernos por más tiempo en el lugar.
Ya finalizada la vigilia, la noche nos regalaba el último objeto. Un nuevo meteoro de un tono blanquecino hacía su aparición a medida que dejaba una notable estela blanca como cola, era ya el momento de retirarse y descansar un par de horas antes que el Sol hiciera su aparición. Ya de día , era el momento de retinarnos esperando regresar nuevamente cuando las circunstancias de la vida lo permitan y así lo quieran.
El lugar del encuentro y recibida perteneciente a la “comunidad conciencia de Krisna”, recibe habitualmente a fieles devotos y simpatizantes de la filosofía oriental basada en el respeto y cuidado del medio ambiente, así como además la buena convivencia basada en el amor y desapego a lo material, estilo de vida muy alejado al común de nosotros, pero que pese a eso, logramos comprender y compartir unas agradables horas en compañía de ellos quienes gustosamente se unieron a la vigilia.
Ya pasada la hora de la recibida, caminata por el lugar y posterior cena, nos prepararos rumbo al lugar en donde pasaríamos horas bajo las estrellas acompañados de un sereno ambiente alejado de la contaminación acústica que acostumbrados a oír en la ciudad. El lugar físico de la vigilia, una serena loma muy cercana a la finca, nos facilitaba una basta visión de la bóveda celeste que ya sin luna, nos mostraba una magnitud de estrellas que por un instante hacia que las constelaciones y guías celestes se nos perdieran.
Cuando logramos situarnos y dar espacio para el dialogo, en el basto cielo nocturno, logramos reconocer unánimes, la bella de la vía Láctea recordando el antiguo mito griegos por el cual lleva su nombre. Como un enorme río de leche surcaba la bóveda celeste, acompañada de dos pequeñas pero a la vez infinitas nubes islas, reconocidas como las nubes de Magallanes. También la noche se presto para el reconocimiento de algunas constelaciones clásicamente nombradas en actividades como estas, como la popular constelación de Orión el cazado batallando contra el mítico Tauro en defensa de las pléyades, constelaciones que por momentos hacían pausar su contemplación al momento que estrellas fugaces surcaban el cielo con su deslumbrarte aparición que nunca nos deja de impresionar. Pequeños fragmentos extraterrestres que paradójicamente deleitan nuestra visión al morir cósmicamente en milésimas de segundos al rozar con la superficie de las capas superiores de nuestra atmósfera.
Un hermoso meteoros de chisporroteantes tonos y colores, nos deslumbró con su aparición por los cielos del Este en el momento en que identificábamos conjuntamente las constelaciones y sus estrellas principales, objetos sideral que a la mayoría nos dejó pensando sobre las maravillas que nos ofrece el cielo nocturno si nos damos el tiempo de observar y contemplar el cielo por las noches.
Un peculiar Saturno también logramos observar con la ayuda de un pequeño telescopio refractor. Ya eran pasadas las tres de l madrugada cuando por el Este , el astro errante de los anillos hacía su aparición sobre los 25 grados de elevación. Ya en aquella hora muchos asistentes al encuentro ya había abandonado el sector para poder descansar de u agotador día, sin embargo, algunos decidimos aguardar y mantenernos por más tiempo en el lugar.
Ya finalizada la vigilia, la noche nos regalaba el último objeto. Un nuevo meteoro de un tono blanquecino hacía su aparición a medida que dejaba una notable estela blanca como cola, era ya el momento de retirarse y descansar un par de horas antes que el Sol hiciera su aparición. Ya de día , era el momento de retinarnos esperando regresar nuevamente cuando las circunstancias de la vida lo permitan y así lo quieran.
